
Last Days fue exhibida en el Festival de Cannes de hace dos años, y es el anteúltimo film de Gus Van Sant, el nuevo rey del cine independiente norteamericano. A pesar de haber sido publicitada como una recreación de los últimos días de vida del malogrado líder del grupo Nirvana, Kurt Cobain, que nadie espere ver un biopic al uso, ya que Van Sant, al igual que en su película anterior, Elephant (2003), inspirada en la masacre ocurrida en el instituto de Columbine en 1998, no está interesado en hacer una reconstrucción al uso de sendos hechos reales, como cualquier director de Hollywood haría. Lo que este hombre hace es un cine neo-narrativo, casi podíamos llamarlo experimental, a base de interminables planos secuencia estáticos o en movimiento, sin apenas diálogo y sin desarrollar una historia propiamente dicha. Un cine casi interactivo, en el que es el propio espectador quién tiene que darle un sentido a lo que ha visto. Tanto estos dos films como el anterior Gerry (2002) que todavía no he tenido la oportunidad de ver, suponen una agradable ruptura con el cine que nos suele llegar de Hollywood, aunque para mí hay bastante diferencia de calidad entre estos dos trabajos. Pero volvamos a Last Days.
En Last Days vemos a una decadente estrella del rock llamada Blake (interpretada por un Michael Pitt clavadito a Cobain) que vive en una mansión en medio del bosque junto a los otros integrantes de su banda, aunque tampoco queda del todo claro quienes son ellos (bueno, en realidad casi nada queda claro). Durante gran parte del metraje Blake se dedica a andar por el bosque, suponemos que intentando buscar paz interior (por cierto, impresionantes las imágenes del bosque), y cuando vuelve a la mansión hace todo lo posible por rehuir el contacto con sus compañeros, que tampoco parecen muy interesados en él. Varias personas se acercan a la casa: un vendedor, dos integrantes de la iglesia mormona, un detective que busca al cantante y la propia madre del protagonista. Supongo que aletargado por las drogas, Blake no les hace caso y se dedica a contemplar la naturaleza o a tocar su música, la única cosa que hace con energía. Al final, ocurre lo que todo el mundo que sepa algo sobre la vida de Cobain sabe que va a ocurrir.
En Last Days vemos a una decadente estrella del rock llamada Blake (interpretada por un Michael Pitt clavadito a Cobain) que vive en una mansión en medio del bosque junto a los otros integrantes de su banda, aunque tampoco queda del todo claro quienes son ellos (bueno, en realidad casi nada queda claro). Durante gran parte del metraje Blake se dedica a andar por el bosque, suponemos que intentando buscar paz interior (por cierto, impresionantes las imágenes del bosque), y cuando vuelve a la mansión hace todo lo posible por rehuir el contacto con sus compañeros, que tampoco parecen muy interesados en él. Varias personas se acercan a la casa: un vendedor, dos integrantes de la iglesia mormona, un detective que busca al cantante y la propia madre del protagonista. Supongo que aletargado por las drogas, Blake no les hace caso y se dedica a contemplar la naturaleza o a tocar su música, la única cosa que hace con energía. Al final, ocurre lo que todo el mundo que sepa algo sobre la vida de Cobain sabe que va a ocurrir.

Eso sí, hay una escena cerca del final que si que me emocionó: es aquella en la que Michael Pitt toca un precioso tema con su guitarra mientras canta desgarradamente. En esa escena si que veo a un hombre hundido que solamente encuentra en la música algo de energía vital, una razón para existir. Es un momento tremendamente triste y emotivo, la mejor escena de la película de largo.
En fin, recomiendo Last Days a aquellos a los que no les den miedo las películas contemplativas, a aquellos a los que les gusta el cine más como poesía que como prosa, los demás (sobre todo fans de Nirvana que quieran ver a su ídolo) deberían abstenerse si no quieren pasar un rato muy aburrido, aunque, quien sabe, quizás descubran algo que les fascina. Dejándonos de líos, Last Days no es una película para todos los públicos, y punto.
El clip de arriba, Death to Birth, pertenece a la Banda Sonora de la película y está compuesta por el actor Michael Pitt, que interpreta al protagonista y que, en mi opinión, refleja muy bien el estado de Kurt... o Blake.
3 comentarios:
joder. no habras escrito tu esto no?
por k esta mu currao.
soy bastante fan de nirvana asi k talvez la vea algun dia.
La ha escrito uno de mis colaboradores.......mi hermano.
tu hermano...
david...
saludale de mi parte.
nos vemos en el estreno
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